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La maldicion de Carl Pruitt - El estrangulador de la cadena

La famosa maldición asesina, y por primera vez contada en español




La historia de la maldición de la tumba de Carl Pruitt se remonta a una tarde de 1938, en el condado de Pulaski, Kentucky. Pruitt regresó a casa después de un día de trabajo y esperaba encontrar a su esposa en la cocina. En cambio, la encontró en su dormitorio con otro hombre. Enfurecido, Pruitt agarró una cadena

y comenzó a estrangularla y su amante aprovechó la oportunidad para huir de la escena. La mujer murió ahorcada y  Pruitt se suicidó.

La familia de la esposa de Pruitt se negó a perdonarlo, por lo que fue enterrado en un cementerio diferente en una ciudad distinta, a varios kilometros. Con el tiempo, los visitantes del cementerio que cruzaron por la tumba de Pruitt comenzaron a notar algo extraño. Había algo de decoloración en la tumba en pequeñas  formas parecidas a círculos, con los días comenzaron a unirse, haciéndolas parecer que había una cadena en la lápida. 

La extraña decoloración llamó la atención de algunas personas, pero esto, no hacía más que empezar.Un día un grupo de muchachos que subían al cementerio un mes después de que la cadena se formara. Entre ellos estaba Gregory Williams de 14 años, Para impresionar a sus amigos, Williams arrojó una roca a la lápida que la astilló. Ese mismo día el chico se separo de sus amigos para volver a casa, en el camino algo provoco que el joven cayera junto con su bicicleta a una zanja, varios testigos vieron lo ocurrido fueron a ayudar al joven, pero era demasiado tarde, Gregory Williams estaba muerto, sin embargo, la zanja no era profunda, no fue el golpe lo que mato al joven, sino que en la caída por alguna razón inexplicable, la cadena salió de su bicicleta y se envolvió alrededor de su cuello, estrangulándolo hasta la muerte. Fueron los amigos del joven, quienes confesaron luego, que tal vez habían molestado al fantasma de la cadena.

Emily Williams, la madre del niño estaba devastada y realmente pensó que el fantasma de la cadena le había quitado a su hijo, decidió ir a la tumba. Tomó un hacha y la golpeó varias veces la lapida con mucha frustración. Al día siguiente, la encontraron muerta, aparentemente colgaba la ropa cuando la cuerda de tender envolvió su cuello, ella tropezó y murió estrangulada.
 Ya parecía que era mucha coincidencia, pero aun faltaba más.Un granjero de nombre Albert White estaba montado en un carro tirado por caballos con su familia pasando por el cementerio. Comentaban la ahora leyenda del estrangulador de la cadena, En algún punto, Albert quiso demostrar que no le temía al fantasma, decidió disparar su pistola contra la lápida de Priutt. El disparo asustó a los caballos, haciéndolos acelerar. La familia del granjero saltó del carro, pero el Albert permaneció allí hasta que fue arrojado del carruaje, una de las riendas le envolvió el cuello, arrastrando al hombre por el camino, su piel fue arrancada por el trayecto y aunque realmente se partió el cuello, la gente decía que era obra del estrangulador.

La mayoría ya no jugaba a ser valiente ante la leyenda.Pero, dos policías, convencidos de que la maldición no tenía sentido, fueron al cementerio y tomaron fotos de sí mismos en el área de la tumba de Pruitt. Mientras se alejaban en el auto, una luz brillante empezó a seguirlos y asustados trataron de alejarse. Esto los llevó a salir de la carretera y chocar contra una valla, el oficial en el asiento del pasajero fue arrojado desde el coche, pero sobrevivió. Su compañero, por otra parte, fue prácticamente decapitado por una cadena que había entre los dos postes de la cerca.La mayoría de la gente permanecía lejos del cementerio por miedo a perder su propia vida. Pero no todos lo hicieron.
 Convencido de que todo eran coincidencias y ya cansado de escuchar de esta absurda leyenda. Elliot Gardner quiso destruir la maldición, entró en el cementerio y comenzó a aplastar la lápida con un martillo. La gente podía oír el martillo golpeando contra la lápida y luego fue reemplazado por gritos. Los pobladores investigaron el cementerio y encontraron al hombre muerto en las puertas. Al parecer, estaba asustado por algo y huyó. Cuando llegó a la salida, la cadena que solía cerrar las puertas de alguna manera se envolvió alrededor de su cuello y lo estranguló hasta la muerte. Esa fue la última y más extraña muerte. 

Al final el estado terminó vendiendo la tierra a una compañía, todos los cadáveres fueron exhumados del cementerio y reubicados incluyendo la tumba Pruitt, poniendo fin a su maldición.
La leyenda de Carl Pruitt es muy conocida, sin embargo nunca se hizo popular en nuestro idioma, hasta ahora.

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